Enculando a mama en el lavabo

Nunca pensé que acabaría enculando a mama en el lavabo pero así fue. La naturaleza tiene eso, que cuando menos lo esperas te da sorpresas. Sorpresas te da la vida, pero mi madre, más todavía. No sabía, aunque sí intuía, las tetas que gasta y el buen culo blandiblup lo rebota cuando la empotro. Porque yo he visto más películas porno que cualquier pajillero español. Y me he recorrido online todas páginas de tetonas españolas, maduras, madres BBW españolas y tías con el coño peludo.

Además, ahora soy adicto a los onlyfans maduras y ahora el tiktok para verlas en privado decir guarradas con voz. Es decir, soy un depravado del porno casero español confeso. Sí, me gusta y lo disfruto, un pajillero en toda regla. Porque donde se ponga una buena paja con corrida, que se quite una universitaria reprimida. De esas calientapollas que lo único que hacen es eso, calentarte la polla. A mí, particularmente, me gustan maduritas con final feliz, y si son españolas, mejor que mejor.

Madurita española. mejor mi madre que ninguna

Porque verla limpiar ese día, fue superior a mí: el día anal. Ya que mi padre no estaba, y yo cada día estoy pelándomela. Esa mañana, ella limpiando y con ese culazo diciendo: «ven y tócame otra vez». Me la empecé a tocar mirándola, se me puso durísima. El capullo rojo como la nariz de un alpinista y el tronco como la nariz de Pinocho. Es decir, estaba al rojo vivo. Ella de repente se dio la vuelta y me vio. Lo cierto es que ya me había visto desnudo alguna otra vez, así que no me dio vergüenza y seguí dando a la manivela. Después mi madre se acercó y sin mediar palabra, siguió masturbándome. Así que le dejé.

No tardó, así en el quicio de la bañera, agacharse en cuclillas y comenzar a chupar a su hijo, a mí. Fue bestial notar su boca de vicio en mi polla para su propio beneficio. Además se había subido la falta roja, para que le viera su coño enrabietado, sedienta de esperma familiar. Le follé la boca tanto como pude sin pensar en que fuese mi madre caliente. Me la sacudí en su comisura de labios y se la restregué en boca.

Media vuelta y enculando a mama sin miramientos

Porque ella me lo pedía a gritos o así me lo parecía a mí. Cuando vi que se levantaba la falda y no llevaba nada debajo, solo quería meterla en chomino rojo. Le di media vuelta y pude ver de cerca ese culazo de madre española, ya corrida por el tiempo y hendida por pollones. Con todo el morbo del mundo, y algo que me gusta a hacer a cualquier amiguita, pero esta vez a mi madre, es meter el dedo gordo. Sí, meterlo pero por toda la raja del culo, y subir y bajarlo de arriba a abajo ¡Eso le encantó! porque la noté gemir y decir: ¡Más, más, cariño!

No tardé en empalmar del todo y saber que era el momento de darle por detrás, podía elegir: culo o coño. Porque la había lubricado tan bien con mi pulgar que los dos agujeros estaban más que dilatados, preparados para la entrada del pelotón, para poner los fideos en la cazuela y esconder la nutria. Así que directamente, le abrí el culo con las manos, y busqué bien su agujero negro maternal, para darle por el culo sin cesar.

No contaré mucho más de momento, pero tan solo decir, que enculando a mama en el lavabo, que no es el titulo de una película, fue de lo mejor. De lo mejor que en mi vida me ha pasado. Luego, la puse bajo mi polla, como si de un mecánico se tratara. En concreto, en cuclillas, y descargué en su boca con todo el fulgor y el gusto del mundo. Me limpié la polla con su lengua, y ella me dijo: ¡otro día quiero más!

Eres insaciable, mamá.